Toda la gente que conozco que ha acudido a alguno de los conciertos que Leonard Cohen ha dado hasta ahora por nuestro país aseguran haber asistido a un acontecimiento memorable. Tres horas de reloj que el monstruo canadiense está sobre el escenario. Posiblemente la última posibilidad de ver a Cohen en tal estado de forma. Los años no pasan gratis.
En Valencia nos dio un susto. Sufrió un desmayo tras media hora de actuación pero según la organización sólo fue un corte de digestión. Él quería continuar, su médico se lo desaconsejó.
Cuando oigo estas cosas no puedo dejar de pensar en los pipiolos arrogantes que a la mínima de cambio dejan a sus fans a las puertas de sus conciertos por cualquier excusa banal. No merecen lo que tienen.
Mañana, en Barcelona, Cohen seguirá dando una lección de profesionalidad y maestría.
Vía: Muzikalia
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