Si hay un festival de festivales, el padre de todo este invento, ese es sin duda el Festival de Glastonbury, en el suroeste de Inglaterra. Y así lo volvió ha demostrar este año cuando salieron a la venta sus entradas: una hora y cuarenta y cinco minutos fue lo que tardaron en venderse las 137.500 entradas del legendario festival británico. Y no se han vendido precisamente por baratas ya que cada papelito ascendía a nada menos que 145 libras, que son unos 225 euros por tres días de música. Los parece que surten más que efecto. El año pasado hubo un parón y se ve que ha causado en la gente la sensación de que el final está más cerca que nunca.
Arctic Monkeys, Arcade Fire, Björk o The Who son, entre otros, artistas que figuran en el cartel de este festival que se celebrará el 22, 23 y 24 de junio. Si quieres asistir, ya sabes, espera al año que viene, reza para que se celebre y búscate un buen santo que te ayude a conseguir una de las tan codiciadas entradas. Por mi parte cada vez estoy más mentalizada de que jamás iré.
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